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La androginia, perfección divina original

Una persona andrógina es aquella que presenta atributos tanto masculinos como femeninos. En el mundo griego, esta característica física tenía implicaciones mitológicas muy profundas.

Para los griegos, la androginia simbolizaba el ideal del equilibrio y la reciprocidad de ambos sexos. Esto queda perfectamente expuesto en el mito platónico del banquete, en el que el filósofo nos cuenta que, en el origen, los seres humanos estaban compuestos por dos partes: hombre-hombre, hombre-mujer o mujer-mujer. Temiendo su poder, Zeus los separó en dos, para que pasaran el resto de la eternidad buscando su otra mitad.

La androginia también esta presente en los dioses. Numerosas son las leyendas en las que este o aquel dios cambia su sexo para seducir a hombres y mujeres por igual; muchos héroes mitológicos, como Aquiles o Hércules, muestran rasgos de travestismo, en un intento de emular su condición semidivina. De esta manera, se configura una visión de la androginia en la que esta característica es un símbolo de proximidad a aquel estado primitivo semidivino.

Esta condición de la androginia, presente también en otras tradiciones culturales, no desaparece en la Edad Media europea, sino que evoluciona, integrándose dentro de la narrativa cristiana, que adopta también la androginia como un símbolo de primitividad utópica. Adán, antes de la creación de Eva, era un ser andrógino, con su parte derecha de hombre y su parte izquierda de mujer.

Esta es la tradición que se recoge en la Edad Moderna, momento en el que la androginia, además de ser una característica física, se convierte en una propiedad alquímica. Propia de las corrientes herméticas, la androginia queda representada como la unión del Sol (lo masculino) y la Luna (lo femenino). Muchos filósofos entonces empezaron a profetizar un retorno a aquel estado andrógino universal primitivo que ya había expuesto Platón, doctrina que jugaría un papel crucial en la conformación de sociedades secretas como la de la rosacruz.

En todas las descripciones de la androginia encontramos tres tipos de seres andróginos. El primero, el más común, es el que aparece dividido verticalmente, con un lado derecho masculino y un lado izquierdo femenino, presentando normalmente solo la mitad del rostro barbado. El segundo, también muy común, es el que se muestra dividido horizontalmente, con genitales masculinos, busto femenino y rostro sin barba. El tercer tipo se corresponde con el andrógino cuyo rasgo se muestra únicamente en sus genitales, apareciendo tanto con pene como con vagina.

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