EL CENTAURO: MITAD CABALLO MITAD HOMBRE
El centauro, originario de la mitología griega, se caracteriza por tener rasgos humanos en la zona superior del cuerpo y en parte inferior las patas de un caballo. Estas criaturas con género femenino se denominan centáurides. Los centauros han sido ubicados geográficamente en las montañas de Tesalia. La mitología señalaba que los centauros son descendientes de Kentauros (el hijo de Ixión y Néfele) y unas yeguas. También se planteaba la posibilidad de fueran hijos de Apolo y Hebe.
La historia de los centauros se ha estado ligada a la lucha entre los centauros y lapitas, ambos con relacionados genéticamente por Ixión. Dicha disputa se inicia por la intentona de rapto a la futura esposa del rey de los lapitas, Pirítoo, durante la boda.
La educación de Aquiles. 1630-1635. Pedro Pablo Rubens. En este cuadro encontramos al centauro Quirón junto a Aquiles. Museo Nacional del Prado. ENLACE.
Así pues, los centauros simbolizan la disputa entre la civilización y la barbarie. Esto se ha denominado Centauromaquia. Los centauros se vinculaban generalmente se caracterizaba por ser salvajes, vivir sin normas ni respetar las leyes de la hospitalidad y dominados por las pasiones y deseos. No obstante, existieron dos centauros que no cumple con estas premisas: Folo y Quirón. Éstos dos se vinculaban con la sabiduría y la amabilidad.
Por otro lado, un centauro que ha sido representado en tiempos posteriores fue Neso, concretamente por la historia del rapto de Deyanira, prometida de Heracles. Este episodio fue plasmado en distintas esculturas por Giambologna entre 1594-99. Sin embargo, hoy en día dichas esculturas se han perdido y, en el siglo XIX, algunos artistas trataron de recrear la obra de Giambologna, aunque la original se realizó en plata y las posteriores en bronce.
Los centauros aparecen representados en vasijas áticas con rasgos humanos de frente, pero con el cuerpo y las patas traseras de propias de un caballo. Esta misma representación se puede encontrar en la Crónica de Niuremberg.
Centauro de Niuremberg. Crónica de Niuremberg. 1493. p. 12-13.
Asimismo, existen distintas leyendas donde se afirma que los centauros no soy constantes, por lo que parar ver y decidir su futuro miran al cielo. Se considera que son grandes astrólogos y tienen una gran inclinación por la adivinación. En la Edad Moderna fueron representados en el Mapa celeste de Reiner y Joshua Ottens junto a otras figuras míticas. Estas criaturas daban nombre a las constelaciones.
Mapa celeste de de Reiner y Joshua Ottens (1729).
García Arranz, J. J. (1996): “El bestiario astronómico: los motivos animalísticos en los mapas celestiales de la edad moderna”. Millars. Espai i Historia, 19, pp. 123-143. (p.139).