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Esciápodo, el monstruo del pie gigante

Los monstruos y las bestias no solo eran híbridos entre animales y personas o animales con rasgos terroríficos. Algunos seres monstruosos, como el esciápodo, tenían una forma antropomorfa; no obstante, estos tenían características que rompían con el orden imperante y natural de la Edad Moderna, por lo que eran considerados como una señal divina de Dios del peligro que supone cometer pecados e implicaba la necesidad de reformar el mundo bajo los designios divinos.

Como ha indicado Flores de la Flor (2010), los esciápodos fueron estudiados en diversas obras sobre teratología. Estos seres se caracterizan por poseer un único pie enorme. En palabras de Torquemada: “Los monoscelos que no tienen mas de una pierna: y son tan ligeros en saltar con ella, que corren mas que otras aninales, yendo a saltar tras ellos. Estos tienen el pie tan grande, que quando haze gran calor se echan en el suelo, y alcançandolo se defienden dello, haciendo sombra con el”.

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"Razas monstruosas" perteneciente a Cosmographie universalis (1507), de Sebastian Münster. Tomado de Los Monstruos en la Edad Moderna en el Mundo Hispánico (2010), de Flores de Flor. ENLACE, pp. 144.

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Autores clásicos como Ctesias de Cnido, Aurelio Gelio y Solino analizaron los rasgos de este monstruo, aunque fue Plinio en su Historia Natural, concretamente en el Libro VII quien profundizó notoriamente sobre los diversos monstruos antropomorfos, entre los que se encuentra el esciápodo. La influencia del séptimo capítulo ocasionó que en el s. XVI se editara esta obra por separado del resto de los capítulos de la Historia Natural de Plinio, el cual sirvió como obra referente para Isidoro de Sevilla y de Agustín de Hipona.

"Esciápodo" perteneciente a la obra de Prodigium ac ostentorum chronicon (1557), de Conrad Lycosthenes. Tomado de Los Monstruos en la Edad Moderna en el Mundo Hispánico (2010) de Flores de la Flor. ENLACE, pp. 148.

Isidoro de Sevilla también lo trató en sus Etimologías; sin embargo, fue Agustín de Hipona en Ciudad de Dios quien se preguntó si salieron hombres monstruosos, como los esciápodos entre otros, de la descendencia de Adán y Eva: “[…] También se dice que hay un pueblo donde tienen una sola pierna en los dos pies, que no doblan la corva, y son de admirable rapidez; los llaman esciápodos, porque en el verano, echados boca arriba se protegen con la sombra de los pies […].”.

Los esciápodos se mantuvieron en el imaginario de la Edad Moderna como ejemplos monstruosidad con forma antropomorfa en la Edad Moderna. En definitiva, quedaron vinculados a la existencia de perversidades en la naturaleza.

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Esciápodo, figura antepenúltima (empezando desde la parte superior) en el margen izquierdo. Importante la influencia de Plinio el Viejo en las Crónicas de Núremberg (1493). Es en esta última donde se ha recogido la página. ENLACE, p. 12 en la versión original; en el pdf p. 65.

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Representación de diversos monstruos antropomorfos. En el centro se encuentra el esciápodo, aunque también salen retratados un acéfalo y un cinéfalo entre otros. Perteneciente a la edición española de 1624 de Historia Natural de Plinio, concretamente en el Libro VII. Tomado de Los relatos de viaje al Océano Pacífico: el Estrecho de Magallanes y la leyenda de los patagones de Flores de la Flor (2014). ENLACE, p. 3. 

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